9 jul 2010

Mucho a cambio de poco



El canciller español ha conseguido del dictador cubano la promesa de pago de las deudas con empresas españolas, y hasta el descongelamiento de sus cuentas arbitrariamente bloqueadas en La Habana. A cambio, España sólo debe acoger a los presos políticos de la Primavera Negra junto con sus familiares -sobre todo las fastidiosas Damas de Blanco-, pero como inmigrantes sin estatus de perseguidos políticos, por supuesto. Es un buen negocio. A ver, como tengo la nariz congestionada, te agarro las pelotas y no te las suelto hasta que me chupes los mocos. ¿Qué no se hace para que le suelten a uno las pelotas? O las pesetas, que es lo mismo. No importa que lo que Castro en realidad tenga tupido sea el intestino. 

Ahora bien, en esta transacción ha habido un tercer participante: la Iglesia Católica, cuya función era desvirtuar el efecto de las presiones internas y externas por la libertad de esos presos políticos cubanos, que no son todos ni los más veteranos. Ya sé que este contubernio socialdemócrata-católico-comunista puede parecer sucio o, al menos, turbio y podrido; mas no lo es del todo. Hay algo admirable en este trato. Me refiero a la modestia de los curas. Es realmente poco lo que pedían en trueque estos santos varones: tan sólo protección contra los pingueros violentos.

2 comentarios:

  1. Lo cierto amigo, es que Moratinos estará siempre ayudando al tirano, en cualquier país al que vaya, a los Castro siempre que sea necesario, a Mico-ronel Chávez, al sátrapa de Marruecos a machacar a los saharauis, a los palestinos terroristas (sufrió como algo propio la muerte del criminal Arafat) en fin, hasta podría justificar las atrocidades de Stalin si estuviese vivo, seguro que tendría con él gestos de buena voluntad.

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